Hoy, las carretillas del barrio tan de luto.

Hoy, las carretillas del barrio tan de luto.Murio Popeye, el “Richard.” Esta tarde era el comentario de todos los que se cruzaban en el barrio. “Siii? Kooño!.. Que vaiiina… pero como!” era la respuesta y pregunta mas común y sentida. La mayoría al saber la noticia se detenían un rato y preguntaban a su gremio, la patota de borrachitos, titulo muy bien ganado, siempre reunida en la esquina de la calle, al pie de la licorería y por supuesto con su botella de caña clara a un lado de la acera, “Si, lo consiguieron esta mañana muerto, aquí mismos, donde estamos, con su carretilla. Se zampo dos litros de caña clara anoche, sabia que le había llegado su hora,- responde Ramón, atomizado de alcohol, uno de sus amigos inseparables. Cuando entre en el abasto, lo que llaman en el barrio “los portugueses” todos comentaban la muerte del pana. Popeye pertenecía a “la banda de los escarabajos”, manera como los nombraban por sus vidas dedicada a recoger la basura o los cachivaches que se dejan los vecinos todas la noche frente a las casas y que por la razones que sean el servicio de aseo deja acumular en las calles; son un bandon en mi barrio estos panas. Carajo silencioso, huraño, siempre cargado cachivaches, de ventiladores y muebles viejos rotos, de bolsas negras en su carretilla, , se había ganado el apodo de Popeye con mucha razón, era igualito, solo sin la pipa. Nuunca me respondió un saludo el tipo, limitándose solo a mirarme como si no me mirara; compartía solo con sus iguales de la botella, reunidos en grupo toda las mañana en el mismo sitio, la misma acera, leyendo y comentando la prensa o refiriendo la ultima del barrio o en discusiones que solo ellos entendían como porque razón los perros cagan tanto en el sitio donde ellos se reúnen, como los escuche discutir una vez. Murió Popeye. Hoy, las carretillas del barrio tan de luto.