de Gustavo Borges, el Martes, 20 de septiembre de 2011, 13:49
Porai, leyendo al Duque y sus reflexiones urbanocampesinadas en http://tracciondesangre.blogspot.com , ( no se si esta palabra exista ni me interesa, pero desde hoy la usare para todo lo que tenga que ver con caraqueño- campo). Palabra mas palabras menos “yo me voy pal monte” dice el perro (aunque se que sus reflexiones van mas profundamente en busca de lo que el cree, de lo que predica y el regreso a su terruño) Va mi reflexión como caraqueño, por que soy caraqueño mas allá de cualquier analixis genealógico .
Apartarse de la mala madre urbana, dice el tipo, esa progenitora llamada Caracas, mal criadora, violenta, paridora y recogedora de huérfanos de provincia, ke te akachetea cuando te le enfrentas abiertamente, esa urbe a la cual nunca se le escapa una caricia sino que hay que arrebatársela. Aja, esa es Caracas, mi Caracas
El animal urbano que somos mi pana, siempre en su rebeldía contra los coñazos y cariños de casa no termina de entender que no tenemos un coñoemadre que buscar pal monte donde caraqueño en fiesta siempre termina acoñaseao porque alguien siempre se enamora de uno poresos montes; si vamos pa ya , siempre regresemos por una razón u otra, muchas veces con una cicatriz en algún lao; esa nostalgia del que siempre esta en transito y no pertenece a nadie ni a ningún sitio y que como caminante urbano nos sacude por dentro (porque como maldita sea echa raíces uno con tanto cemento y hormigón, tanto plomo y sangre y por lo tanto no las tenemos) nos mueve a enamorarnos de esa aparente tranquilidad de la familia de al lado.
Un espejismo, no existe tal tranquilidad, el monte también es una mierda. He intentado por cuatro veces abandonar a Caracas, una vez en Carabobo, otra en Guarico ademas de los intentos en Merida y Guatopo. De cada uno de esos intentos fallidos regrese vuelto mierda, con algunas puñaladas y un mas que otro machetazo en algun lao y con una etiqueta en el cuello: tu no eres de aqui.
El Caraqueño no tiene a donde ir cuando se le encima la nostalgia de “!a donde pertenezco?”, por eso su diferencia del merideño atrapado en algún barrio de Petare o del oriental cayéndose a trompadas en algún callejón de la Pastora o los margariteños sobreviviendo en algún cerro del 23 de Enero. Sus sueños si tienen nombre y dirección hermano: sus viejos que quedaron porai, el culo que mas quiso o el macho que la hembra no olvida, sus montañas y ríos, sus costas y playas sus pueblos y caminos. ¡Coño esos carajos viven con el boleto de vuelta debajo de la almohada maunque sea pa escapase un fin de semana. ¡Pero que koño e boleto de regreso puede comprar el Caraqueño si no pertenece a ningún sitio!; el caraqueño esta de paso mi compa por cualquiera de esos lugares y es bienvenido mientras no joda mucho.
Siempre odiare Caracas por que la amo con arrechera, por eso la necesito, me alimento de ese resentimiento social con que me deformo desde chamo, como malamadre que es, necesito nutrirme de su incontrolable violencia y maltrato en donde se te demuestra a diario que la vida no vale un coño y que solo eres un sobreviviente si lograste pasar la línea de los 20 años, ahora tal vez menos. Por eso la aprecias mas, la disfrutas al filo y abro cancha pues, igual se que voy de pasajero en el ultimo autobus.
Caracas grita para hablarte. A diferencia del incompresible silencio de la provincia que siempre pareciera anunciar una tragedia y nunca pasa nada, Caracas calla cuando va a estallar no guarda silencio solo por esperar
Toi claro ke podría vivir y morir en el kampo, pero también toy klaro ke mi muerte pertenece a esta malamadre urbana, Caracas, la ke sentencia a sus hijos al nacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario